El lider del movimiento rebelde, Yevgeny Prigozhin termina exiliado
El presidente ruso Vladímir Putin enfrentó uno de los mayores desafíos en sus más de dos décadas en el poder, pero este desafío se desvaneció cuando un comandante paramilitar rebelde, que había ordenado a sus fuerzas marchar hacia Moscú, llegó a un acuerdo repentino con el Kremlin para exiliarse y retirarse.
Aunque la breve revuelta reveló las vulnerabilidades en las fuerzas del gobierno ruso, ya que los soldados del Grupo Wagner bajo el mando de Yevgeny Prigozhin se movilizaron sin oposición hacia la ciudad rusa de Rostov en el Don y avanzaron cientos de kilómetros hacia Moscú, las fuerzas armadas rusas también se movilizaron rápidamente para defender la capital.
Según el acuerdo anunciado por el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, Prigozhin se exiliará en Bielorrusia, país vecino que ha respaldado la invasión rusa en Ucrania. Se retirarán los cargos de organizar una rebelión armada contra Prigozhin.
El gobierno también anunció que no procesará a los combatientes de Wagner que participaron en el levantamiento, y el Ministerio de Defensa ofrecerá contratos a aquellos que no lo hicieron. Prigozhin ordenó a sus fuerzas regresar a las líneas de combate en Ucrania, donde han estado luchando junto a los soldados regulares rusos.
Anteriormente, Putin había anunciado que castigaría a los responsables del levantamiento militar liderado por su antiguo protegido. En un discurso televisado ante la nación, Putin calificó la rebelión como una «traición».
Permitir que Prigozhin y sus fuerzas se vayan sin castigo, según Peskov, es el «objetivo más alto» de Putin para evitar un derramamiento de sangre y una confrontación interna con resultados impredecibles.
Sin embargo, hay analistas que señalan que el riesgo para Putin es que se le vea como débil.
Las autoridades de Moscú se prepararon para la llegada de las fuerzas de Wagner estableciendo retenes con vehículos blindados y efectivos en las afueras de la ciudad, especialmente en el flanco sur.
Se informó que alrededor de 3.000 soldados chechenos fueron retirados del combate en Ucrania y trasladados a Moscú temprano el sábado, según la televisión estatal en Chechenia.
Se encuentran efectivos rusos armados con metralletas en los puestos de control en las afueras del sur de Moscú, y también se causaron baches en algunas secciones de las carreteras para retrasar el avance.
