Que Nikola Jokic es uno de los jugadores más destacados del último lustro en la NBA no es algo que pille por sorpresa a nadie, pero que el gigante serbio se haya convertido en el nuevo dominador de la competición sí que resulta más destacable.
Actualmente Jokic se encuentra disputando las finales de la NBA ante Miami Heat, y, para llegar la eliminatoria definitiva, el balcánico ha hundido por el camino las aspiraciones de LeBron James, Kevin Durant o Devin Booker, quienes están considerados algunos de los jugadores más diferenciales de la última década, especialmente los dos primeros.
Y ojo, porque esta vez es Jimmy Butler, la estrella de Miami Heat, equipo que se mide a Denver en la mencionada serie final, el que ha alabado al hombre que lidera a Denver Nuggets, el último rival de la franquicia floridense para poder ganar el anillo de la NBA esta temporada: “Todos están atentos a lo que hace con la bola en ataque, pero él es también élite en defensa. Mueve bien sus pies en defensa para la altura que tiene y es un jugador que fuerza cambios de los ataques rivales en la pintura, además de tener un gran perfil como reboteador”.
Y no dejan de ser sorprendente estas palabras de Jimmy Butler ya que a lo largo de la temporada son muchas las muestras de afecto y admiración que reciben las estrellas de la liga, pero a cargo de sus entrenadores y compañeros. No obstante, aquí lo novedoso es que el acérrimo enemigo de Nikola Jokic es el hombre que ha marcado la diferencia de potencial que existe entre el serbio y el resto de jugadores de la competición a día de hoy.
Cabe recordar que, a pesar de sus excepcionales prestaciones en la presente campaña, el serbio presenció como Joel Embiid le arrebató el MVP de la fase regular, pero su promedio en estos play-off (30’4 puntos, 12’9 rebotes y 10’1 asistencias) ponen en claro relieve que LeBron James, Durant, Stephen Curry y Giannis Antetokounmpo no son las grandes referencias de la liga, sino un Nikola Jokic que podría poner el broche a la campaña con la consecución del anillo, algo que inevitablemente provocará la instauración de una nueva era en la NBA.
